Hola, yo nunca he querido ser una princesa. De pequeña mis pelis preferidas eran Alicia en el País de las Maravillas, Peter Pan, Mary Poppins, Robin Hood, Merlín el encantador, Los Goonies, La historia interminable, me enamoré locamente de Atreyu, y fue el causante de mi primer frotamiento, Dentro del Laberinto en donde deseé ser Sara con todas las fuerzas del mundo mundial y Los Cazafantasmas porque me hacía mucha risa el muñeco de Michelín vestido de marinero. Así lo veía yo, y todo el mundo, porque aquí no existían los marshmallow, vamos, existir sí que existían pero no los llamábamos así, eran nubes de toda la santa vida y si los quemabas con el mechero para comértelos cogías cáncer, igual que si bebías Tang, y a la salida de los colegios había un hombre vendiendo caramelos que llevaban droga y las calcamonías también llevaban droga, por eso las quitaron del Parque de Atracciones. Total que esos son mis recuerdos de mi infancia y a nivel cinematográfico pues canciones, chicos guapos y chicas guapas pero que tenían aventuras y se divertían sin esperar a ser rescatadas por nadie que no fueran ellas mismas.
Recuerdo que si me caía me levantaba, me escupía en la hería y seguía jugando, hasta que vi que a las niñas que lloraban y se quejaban las hacían más caso y empecé a llorar y quejarme y a hacer mohines para conseguir lo que quería, si se me negaba o creía yo que se me iba a negar. Y aquí el cine me salvó porque vi Bajarse al moro, Todo es mentira, Hola, ¿estás sola? y Nada en la nevera así muy seguidas, porque mi novi de aquel entonces era un fanático del cine español, sí, el único que existe me lo he tirado yo y además lo disfruté: tirármelo y ver las pelis.
Y luego llegaron La cosa más dulce, Clerks, Trainspotting, Pulp Fiction, Seven, American Beauty, El gran Lebowski, Soñadores, Good Bye Lenin, París, Texas, Extraños en el paraíso y enloquecí. Mantenía mi gusto por las canciones, los chicos guapos y había cambiado a las chicas guapas por droga. Además, me pilló en una etapa de mi vida en que estaba, por qué negarlo, completamente descontrolada. Me enamoraba y desenamoraba a la misma velocidad. Salía y no volvía hasta que cerraba el último bar de Malasaña o no quedaba nadie haciendo botellón sentado en la calle Velarde, era una religión.
Hasta que llegó otro novi y recuerdo Amelie, Olvídate de mí, Gato negro, gato blanco, Los Tenembaum, Lost in Traslation, El desencanto y pasé una racha muy a tope con el cine francés, La Nouvelle vague, Jules and Jim, Vivir su vida, Alphaville, Los 400 golpes, Hiroshima mon amour… aunque me duró poco, mucho más el flequillo, la melenita, el pelo negro y los labios rojos. Me dejó el novio y atravesé un fase autodestructiva que se reflejaba en mi pelo sucio y en las películas que veía: El Pico, Christine F, Las edades de Lulú, Buffalo 66, Las vírgenes suicidas, Requiem for a dream, Sixteen, Closer, Secretary, Swimminpool. Pero como todo pasa y todo queda aunque lo nuestro es pasar, que diría Serrat, pues pasó la pena y quedó la alegría y el alboroto y vuelta a las mismas. De aquí recuerdo Juno, Pequeña Miss Sunshine, Borat, María Antoñeta, 500 días de verano, Déjame entrar, Scott Pilgrim, beber mucho, dormir poco, mantener una relación durante años, muchos, sin ser noviosnovios, y que me hizo que me dejara de querer dinamitando mi autoestima y dejándome a punto de caramelo para que el siguiente me destrozara, y lo hizo, pero mientras tanto también vimos Blue Valentine, Drive, Melancolía, Tierra 2, Take Shelter, Weekend, Las ventajas de ser un marginado, Submarine, Moonrise Kingdom y no recuerdo o no quiero recordar más de esos años, la verdad. Porque, aunque haberlos pasado ha hecho que me vuelva a querer y saber querer, a follar se aprende follando pero a amar con el desamor, esto es así. Todavía no estoy tan evolucionada como para perdonar el dolor, por suerte sí lo estoy para continuar con mi vida y mis pelis preferidas, que serían hasta el día de hoy sin ningún orden y solo basándome en mi memoria: Nymphomaniac, Amy, Drinking Buddies, Boyhood, Her, Antes del anochece, Alabama Monroe, Begin Again, Dallas Buyers Club, El gran Hotel Budapest, Mad Max y sin pensar no me salen más.
De todas estas películas, si tuviera que quedarme con cuatro por ser cuatro los puntos cardinales, cuatro los elementos y cuatro un número que odio porque odio los pares, pero ¡qué demonios! Hemos venido a jugar, me quedaría con Todo es mentira, Requiem for a dream, Christine F y Amy, la chica detrás del nombre porque aunque no tengan nada que ver unas y otras, quitando lo obvio, sus personajes femeninos comparten alma y, creo, que también conmigo.
Nunca hemos querido ser princesas, solo que nos quieran.
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