A veces necesito alejarme de mi círculo de amistades, o de mi TL de Twitter, para saber cual es la verdadera opinión popular acerca de un tema. Resulta que mis cercanos son minoría, que sus valoraciones sobre cine, series o tratamiento de personajes están a kilómetros de distancia de los gustos generales. Muchas veces me basta con buscar la noticia que me ha generado controversia o dudas en el muro de facebook de El País o El Mundo y leer los comentarios para darme de bruces con la realidad. En este caso, llevo un tiempo dándole vueltas a la creación de heroínas.
Hace apenas unos días, el claim en castellano del cartel de Wonder Woman levantaba ampollas en Internet al haber traducido “Wonder” como “Belleza”:
Cartel español de WONDER WOMAN. Poder. Elegancia. Sabiduría. Ve por la sombra, bombón, que te derrites. pic.twitter.com/2roNqt8Kvy
— G. G. Lapresa (@GGLapresa) 23 de julio de 2016
En The Hawkeye Initiative denuncian la cosificación sexual del cuerpo de la mujer en los cómics. Echen un ojo a los dibujos de personajes masculinos en las mismas posiciones que se presentan a los femeninos:
Además, existen infinidad de tuits que se han vomitado quejándose del físico de las nuevas cazafantasmas, pero prefiero no dar más coba a estas pobres almas en desgracia. A donde quiero llegar es a si realmente una amplia mayoría del público audiovisual sigue demandando heroínas exuberantes y atractivas, si lo que se espera de una mujer maravillosa en la gran pantalla es que sea inteligente, perspicaz, misteriosa, eficiente, con el culo y las tetas grandes, cintura de avispa y estupendérrima con la cara lavada. Supongo, que la respuesta es sí. No me importa. Existe una minoria, que quizá no sea tan minoria, que se siente identificada o que, simplemente, le gusta asistir a las desventuras de personajes femeninos que no tienen porque ser poco más que un cuerpo. He venido a hablarles de la heroína que me ha encandilado este verano y que está en la antípodas de los modelos comerciales que nos venden los blockbusters: No levanta metro y medio del suelo, no pasa de los 12 años y tampoco luce una melena que haga destacar su belleza o que muestre a la adolescente carnalmente apetitosa que está por llegar. No. Ella es Eleven (Millie Bobby Brown), una de las protagonistas de Stranger Things, y es el mejor regalo estival que Netflix podía darnos.
‘L’, diminutivo que le pone su amigo Mike, fue separada de su madre al nacer y desde ese momento comenzó a formar parte de un experimento secreto orquestado por las autoridades. Desarrolla poderes telepáticos extraordinarios que no duda en utilizar para defender a sus amigos. El esfuerzo le hace sangrar la nariz, pero se repone con algo de sueño y gofres.
La serie, que tenía como principal gancho a Winona Ryder, musa de los 90, y una trama plagada de referencias a los títulos que hicieron de la década de los 80 el nova más del cine comercial, escondía una minimusa que ya ha revolucionado las redes sociales. Mi círculo de amigos y mi TL están emocionados con ella, pero como les decía al principio, no sé si esta pasión es común en la mayoría de los espectadores de Stranger Things. De momento, los Fan Arts no han tardado en poblar tumblr:
Los hermanos Duffer son los creadores, guionistas y directores de la serie. No han querido disimular las referencias que han utilizado para articular su historia, es más, relacionar las escenas que se presentan al espectador con momentos de E.T El extraterrestre, Pesadilla en Elm Street, Poltergeist o Los Goonies, entre muchas otras, forman parte del entretenimiento. De igual manera, tampoco han tratado de esconder que Eleven es hija de algunas de las mujeres más destacables de la ficción de las últimas décadas: La teniente Ripley, el extraterrestre sin nombre que interpreta Scarlett Johansson en Under the skin o la joven Alicia de Magical Girl son algunas de las féminas que han ayudado a dibujar este personaje. De acuerdo, no tengo la confirmación de que Magical Girl haya servido de inspiración a sus creadores, pero no me negarán que el parecido es más que razonable:
Alien
Under the skin
El personaje de Charlize Theron en Mad Max: Fury Road también jugó un papel esencial para que naciera el personaje de Eleven. Cuando Millie Bobby Brown acudió al casting y le explicaron que debía raparse la cabeza la idea no le agradó, ni a ella ni a sus padres. En ese momento se estaba realizando la promoción de la cuarta entrega de la saga de George Miller, así que le enseñaron una imagen de Imperator Furiosa y aquello le gustó. Sí, quería ser como ella. Molaba. Cuando llevaron a cabo el cambio y le cortaron su melena, mirando a cámara, imitó a Furiosa y emitió algo así como un gruñido de guerra.
Seguramente estas mujeres no sean tan populares como Catwoman, pero creo firmemente que los más pequeños necesitan tener referentes femeninos como estos: las niñas deben saber que la belleza no lo es todo y los niños empezarán a ver como iguales a las mujeres cuando puedan identificarse con ellas, cuando quieran ser como ellas, y no solo deseen tirárselas. Ojalá algún día mis amigos y yo no seamos minoría.
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